Día del Animal

Para el día del animal les contaré una de mis historia, el rescate de un benteveo que se cayó del nido en una obra en construcción.

El 24/10/2020 me avisaron de un pichón de Benteveo, Pitangus sulphuratus, que casi habían pisado en una obra. Con mi papá fuimos con una caja, lo juntamos y lo trajimos a nuestra casa.

Primero lo pusimos en unas ramas que habíamos cortado de un árbol, para que no se estresara con nuestra presencia, en un pequeño patio interno. Era incapaz de volar, pero sí se quejaba con un chillido.

Tuve que ponerme a investigar sobre esta especie en particular, cómo cuidarlo, dónde había que dejarlo y sobre todo cómo alimentarlo.

Llamé algunos amigos veterinarios, observadores de aves y a una amiga que ya había cuidado pichones.

Después de investigar y hablar con ellos, buscamos lombrices, ya que tienen proteínas para su crecimiento, y lo alimentamos con una pinza, sosteniéndolo con un guante, intentando que tuviera el menor contacto humano posible, y también le dimos agua con un gotero.

Teo cuando lo trajimos a mi casa

Lo llamamos Teo. De noche lo entrábamos a una habitación que teníamos desocupada, para que pasara la noche y no se lo comieran los gatos de los vecinos. A la mañana, lo sacábamos a un lugar del patio, y nos turnábamos para vigilarlo. Aproveché para observarlo y dibujarlo. Entonces vi algo muy particular y emocionante.

En la zona teníamos Benteveos que volaban siempre por acá y empezaron a llevarle comida a Teo. Esto nos impresionó bastante, ya que está especie es conocida por ser muy territorial, pero se ve que se sintieron atraídos por los chillidos del pichón.

Entonces movimos a Teo a otro lugar del patio para que puedan llevarle comida y tengan un lugar más accesible.

Uno de los Padres Adoptivos junto a Teo

En unos días, Teo comenzó a mover sus alas y practicando, se escapó a la casa de mi vecina, entonces fuimos a buscarlo. Entendimos que Teo ya había empezado a volar y a estar más inquieto, así que dentro de poco se iba a ir. La segunda vez que se nos escapó también lo busqué. A la tercera, ya no pudimos encontrarlo y se fue volando.

Esta es la última foto que le tomé a Teo en la huerta que habíamos hecho en casa. Ya estaba más desarrollado y más independiente. 

Siempre vemos Benteveos en casa y pensamos que ojalá es nuestro Teo que pasa a saludar o alguno de sus padres adoptivos que tan generosamente lo ayudaron a vivir.

La última foto de Teo

Con esta experiencia, a mis 11 años, aprendí que la vida de los animales es tan difícil como la nuestra. A todos en cualquier momento puede pasarnos algo que nos marque para toda la vida. Podemos quedarnos sin hogar, sin familia, pero que siempre hay quien te apoye en los momentos en que estás solo. 

En el Día del Animal se difunde información sobre la conservación de las especies. Con este posteo quiero que reflexionemos en como una pequeña acción, como ayudar a un pichón a prosperar, es aporte suficiente a la conservación de nuestras especies nativas. Y además, como observando la naturaleza, descubrimos estos maravillosos gestos de solidaridad y ayuda entre los animales.

¿Qué les pareció?

Felipe